Si partimos del hecho de que 50 Sombras de Grey es la más grande chaqueta mental (literalmente, por escrito) de la autora británica E.L. James, entonces no hay nada que criticarle a la película. De hecho, la realización es impecable. Todo bonito: encuadres, foto, locaciones, escenarios, maquillaje, vestuario, etc; muy ad hoc, considerando que uno de los protagonistas es un millonario joven, soltero, exitoso, educado y… bueno, todo eso que las mujeres creen que existe.
¿Es creíble la historia? No, incluso resulta bastante ridícula la escena donde se conocen los protagonistas. Pero no importa, se trata simplemente de las fantasías sexuales de la escritora, punto. Ahí de aquellos que se auto engañaron pensando que la cinta exploraba las motivaciones intrínsecas del sadomasoquismo. Nada de eso.
Por cierto, resultaría interesante saber si son fantasías comunes entre mujeres, o si éstas solo le atañen a la autora (si se tratara de las fantasías de un hombre, seguramente Grey y Anastasia hubieran cogido ahí mismo en la oficina, y la secretaria hubiera llegado a completar el cuadro orgiástico). No hay nada que llame al escándalo en la película, salvo unas cuantas nalgadas.
Curiosamente, eso es lo que ha decepcionado a mucha gente, pues al parecer querían ver sexo duro y fuerte, con pelos y semen volando por la pantalla, o no sé cuáles eran sus expectativas (aun así, me tocó ver a una pareja abandonar la sala de cine). Es una película solamente para pasar el rato, más recomendable para mujeres, especialmente para aquellas que les gusta fantasear con la idea de que un millonario bien parecido se fije en ellas (ajá); los hombres mejor métanse (sin albur) a youporn, aquí no hay nada interesante al respecto.
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