Supe de esta pizzería por
recomendación del chef Ricardo Muñoz Zurita, uno de los
gastrónomos más respetados de México y propietario de los
restaurantes Azul (el del Centro Histórico está precioso, si lo
visitan pidan la sopa de tortilla y los buñuelos de pato, son
deliciosos). No es que el chef sea mi amigo, la sugerencia vino de su
cuenta de twitter. Palabras más, palabras menos, escribió lo
siguiente: “Para mí, las mejores pizzas de la ciudad son
las de Ostería 8”. Difícil resistirse a semejante
provocación, sobre todo viniendo de un chef de tanto prestigio
(búsquenlo en Google, para que se den un quemón); no se trataba del
Burro Van Rankin recomendando los Héroes del Norte en Blim.
La primera vez que fui no me quedaron
mal. Fui con mi jefa y unos compañeros de trabajo. Pedimos una pizza
de jamón serrano español y una de salchicha italiana. A todos nos
sorprendió lo buenas que estaban, especialmente la primera. Llegamos
sin grandes expectativas y salimos muy satisfechos. Fue una tarde
redonda de amigos, buena charla, pizza y cerveza.
Una vez comprobada la calidad, regresé
con otra amiga, a quien le prometí que probaría las mejores pizzas
del universo. Como regla de vida insoslayable, en aquella ocasión me
cayó la ley de Murphy. Las pizzas simple y sencillamente no
estuvieron a la altura de lo que prometí (aunque tampoco estuvieron
mal). Esa pinche ley aplica en todo: restaurantes, películas,
libros, lugares turísticos, personas... no importa, siempre que
hables bien de algo, seguro te quedará mal.
He visitado en muchas ocasiones este
lugar, pero menciono estas dos experiencias porque el restaurante se
maneja en esos claroscuros; sin embargo, el balance final es
positivo.
Empecemos por lo bueno: es un lugar
pequeño y acogedor (apenas 10 mesas), ubicado a dos cuadras del
metro Chapultepec, pero lejos de la romería del comercio ambulante
que se encuentra alrededor; de hecho la calle donde se encuentra es
tranquila y poco transitada.
En cuanto a las pizzas, aunque
ya no me parecen gloriosas, siguen siendo una estupenda opción. Son
de masa delgada muy rica, así que no caen pesadas. Las que más me
gustan y sin duda recomiendo son la pizza de jamón serrano
español (arúgula, jamón serrano, salsa de jitomate, queso
mascarpone y mozzarella) y la pizza de higo con jamón serrano
(queso mascarpone, mozzarella, higo, jamón serrano y jarabe de
vino tinto). Si no les entusiasma la dualidad dulce-salado, pidan
clásica pizza margarita (salsa de jitomate, mozzarella y
albahaca), esa nunca falla. Y si no les gusta esa, pues váyanse a
otro lado.
Otro punto a su favor es la relación
calidad-precio. Los ingredientes son de primera calidad, y una pizza
y una entrada son suficientes para dos personas. Las pastas también
son muy buenas, pero en este caso las porciones que sirven no son muy
generosas que digamos. Luego les recomiendo un lugar bueno, bonito y
barato donde se pueden dar un atascón de excelente pasta por menos
de $150.
El negrito en el arroz es el
servicio, que sin ser lo peor, es inexplicablemente descuidado.
Por ejemplo, a veces se les olvida servir el flatbread que hacen al
momento (buenísimo) y que siempre debe estar presente en las mesas;
igual pasa con el aceite de olivo y el vinagre balsámico. También
tienen especiales fuera del menú que nunca ofrecen, a menos que el
cliente pregunte. Pero sobre todo, lo que más les hace falta es
actitud de servicio; los meseros no conocen ese concepto.
Ostería 8
Sinaloa 252, col. Roma. A dos cuadras
del metro Chapultepec.
Consumo promedio por persona: $200.

