El “reportaje” que presentó Aristegui sobre el plagio del
presidente Peña Nieto en su tesis es vergonzoso, una porquería de principio a
fin. Desde el primer párrafo se va directito al caño al mencionar que el
presidente “…tiene una faceta que hasta ahora se desconocía: la de plagiador en
su historia académica”. Basura absoluta, esa redacción es digna del TV Notas,
no de una “periodista” seria y profesional (ajá).
Es más que evidente que el
tema del “reportaje” se eligió por motivos personales, no porque sea un asunto
de gran interés periodístico. Pero eso no sorprende en Aristegui, por esa
brecha despreciable ha conducido su carrera “periodística” desde hace ya
bastantes años. Así fue como le dio voz a la insidia del presunto alcoholismo
del expresidente Felipe Calderón; a las supuestas camionetas de Televisa que
estaban involucradas con narcotráfico y lavado de dinero; a la patraña de que
Televisa impuso a Peña Nieto en la presidencia, entre otras linduras, ninguna,
ya no digamos comprobada, sino sustentada. Ya de por si era de pena ajena su
anterior “reportaje” sobre el “Expediente de la Boda de Peña Nieto”, con este
termina de hundirse en la ignominia, aunque sus fans le aplaudan sin recato.
Sí, es verdad, gran parte de la tesis de Peña Nieto es un plagio, ¡¡¡¡¿Y?!!!!*.
Las autoridades académicas de la Universidad Panamericana tendrán que tomar
cartas en el asunto y hasta ahí; aunque se sabe de antemano que nada va a
pasar, ¿qué universidad privada en su sano juicio se atrevería a quitarle el
título a un presidente en funciones? ¿Es grave la falta? A nivel académico, por
supuesto. ¿Por qué la minimizo? Porque pasó hace 25 años, cuando era
estudiante, no ahora que es presidente. ¿Por eso se le quiere juzgar ahora? O peor
aún, por eso hay que exigirle la renuncia, como sugiere muy mañosamente el “reportaje”.
Ridículo. Ya solo falta que, como decían en Twitter: “el próximo reportaje de
Aristegui será ‘EPN se clavaba el cambio de las tortillas para jugar Mortal
Kombat’”.
Aristegui representa el periodismo más abyecto, el que
utiliza un medio -y sus recursos- como una plataforma personal para saldar
rencillas y odios personales. Ella misma se evidencia al afirmar en el “reportaje”
que “El resto de la tesis no ha sido posible identificar si es autoría de Peña
Nieto o también producto de prácticas de plagio”. ¿Así o más cínica en sus
intereses “periodísticos”? Y todavía se atreve a denunciar censura. Por lo
menos al día de hoy, Aristegui es una vergüenza para el periodismo mexicano.
*Expresión adjudicada a la cantante y actriz mexicana Lucero
(no me vayan a acusar de plagio).